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Año 14 / Septiembre - Octubre / No. 83 U.M.S.N.H.
por siete relatos que podrían calificarse como cien- más libres, sino, a veces, más dependientes, más
cia ficción distópica, terror «weird» con sello ruso o observados, más moldeables.
fábulas tecnológicas. Todos comparten una misma En La glándula de Ícaro, la escritora construye
inquietud: los límites de la tecnología y las prome- un inquietante laboratorio narrativo donde la cien-
sas —o amenazas— de la modernidad. Bien podrían cia, la tecnología y el deseo humano se entrelazan
ser capítulos de Black Mirror, aunque con un tono li- para generar transformaciones tan fascinantes
terario más denso, más filosófico, más perturbador. como aterradoras. Los relatos se mueven entre la
El estilo de Starobinets combina el detalle ciencia ficción, el terror filosófico y la sátira social,
realista con lo fantástico; el lenguaje técnico con con resonancias de Gógol, Kafka o Philip K. Dick. La
el tono de fábula. Cada relato actúa como una pe- metamorfosis, tema central del libro, se presenta
queña distopía autosuficiente, pero también como como destino inevitable de nuestra especie: lo que
parte de un mosaico mayor donde la humanidad cambia no es solo el cuerpo, sino la conciencia, los
se reconfigura a través del miedo. Lo que logra la vínculos y la idea misma de lo humano.
autora es notable: transformar la especulación El cuento que da título al libro, La glándula de
científica en crítica social y emocional, mostrando Ícaro, funciona como eje simbólico y temático del
que los avances tecnológicos no siempre nos hacen conjunto. En él, Starobinets imagina una sociedad
en la que una cirugía
permite extirpar la glán-
dula responsable del
deseo sexual masculino
—una glándula ficticia,
claro está—. El relato
comienza con una fa-
milia aparentemente
normal: un matrimonio,
un hijo y la sospecha de
infidelidad. En este mu-
ndo, se ha descubierto
que la «glándula de Íca-
ro» controla los impul-
sos sexuales y violentos
de los hombres, por lo
que en Rusia se reco-
mienda su extirpación
temprana, mientras
que en Europa la opera-
ción es obligatoria.
Lo que se presen-
ta como un avance mé-
dico —una cura para la
infidelidad o la violen-
cia— se convierte en un
instrumento de control
social y alienación emo-
cional. Ícaro, el mito del
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