Te escribo estas líneas siendo las 4 de la mañana, debido a mi incapacidad de consolidar el sueño tan anhelado y es que, desde tu partida a otras tierras más prósperas, han ocurrido muchas cosas de las cuales quiero mantenerte al tanto. Como recordarás, el frondoso paraíso terrenal que elegimos hace tanto tiempo para construir nuestro hogar —al que las personas suelen llamar Hormiguero—, el cual se ubica en el particular jardín de la casa de la señora Irma, quién ha tenido la gentileza de ponernos árboles frutales, hortalizas y exquisitas plantas florales, todas a nuestra disposición en abundancia, nos ha permitido vivir aquí durante los últimos 10 a 15 años, según relata mi abuela Antonia. Tiempos placenteros han transcurrido en este hermoso jardín de abundantes recursos, con excepción del terremoto de 2017 que derribó 3 secciones del bloque 5 de los apartamentos para hormigas de interés social y de aquella inundación de 2021. Los demás años han sido de paz y amor para todas las hormigas de este edén.
*Ricardo Jiovanni Soria-Herrera Te escribo estas líneas siendo las 4 de la mañana, debido a mi incapacidad de consolidar el sueño tan anhelado y es que, desde tu partida a otras tierras más prósperas, han ocurrido muchas cosas de las cuales quiero mantenerte al tanto. Como recordarás, el frondoso paraíso terrenal que elegimos hace tanto tiempo para construir nuestro hogar —al que las personas suelen llamar Hormiguero—, el cual se ubica en el particular jardín de la casa de la señora Irma, quién ha tenido la gentileza de ponernos árboles frutales, hortalizas y exquisitas plantas florales, todas a nuestra disposición en abundancia, nos ha permitido vivir aquí durante los últimos 10 a 15 años, según relata mi abuela Antonia. Tiempos placenteros han transcurrido en este hermoso jardín de abundantes recursos, con excepción del terremoto de 2017 que derribó 3 secciones del bloque 5 de los apartamentos para hormigas de interés social y de aquella inundación de 2021. Los demás años han sido de paz y amor para todas las hormigas de este edén. Hace un mes vino de visita la abuelita, doña Josefina, y con ella llegaron los más variados menjurjes desde su tierra cachanilla, entre los cuales se encuentra un terrible veneno: «Café Colibrí». Escuché que le nombraron así. Es un brebaje amargo que se prepara con agua caliente que, al beberlo, los mantiene corriendo de un lado a otro, como si la vida no fuera ya demasiado rápida. Todo transcurría con relativa normalidad hasta que una de las niñas pisó la torre principal de nuestro hogar. Al salir nuestros valientes guerreros a defender con bravura esta ofensa, le ocasionaron ronchas en la piel a la pequeña, lo que le produjo un llanto ensordecedor. A partir de ese penoso incidente, la abuela brindó un terrible consejo. Le dijo a doña Irmita que el café residual que se desechaba todas las mañanas, funcionaba como repelente de plagas de insectos. ¿Puedes creer que nos llamó plaga? ¡A nosotras, que somos hormigas de bien! Nos tratan como si fuéramos esas horribles abejas adictas a la cafeína o como a ese escarabajo que se llama Hypothenemus, al que le apodan «la broca del café», que puede tomarse hasta 200 expresos diarios, ¡ya me dirás si eso no es adicción! No entiendo cómo ese aroma que resulta tan horrible para nosotras, les deleita de una forma que estimula sus sentidos y los hace trabajar como locos. He escuchado a algunos decir que no pueden vivir sin su café. ¡Dementes! Seguramente, no han de saber que el café contiene unas moléculas que se llaman diterpenos como el Cafestol y el kahweol, los cuales resultan tóxicos no solo para nosotras, las hormigas, sino también para una gran variedad de insectos. La cafeína y el ácido cafeico son muy desagradables para nosotras. Debido a los piquetes que mis compañeros dieron a la nieta de doña Josefina, han esparcido residuos de café por todo el jardín. Para no tener que soportar tan desagradable olor y evitar la toxicidad que nos produce, hemos huido de ese jardín que por años disfrutamos. Ahora, nos mudamos a otro jardín donde iniciamos de nuevo. Esperamos disfrutarlo, aunque aún no sabemos cómo será estar en este lugar. Llevo días sin poder dormir, este cambio me ha llevado a este insomnio, pero espero que, en este jardín, no nos corran con residuos de café. Pronto te escribiré con noticias de esta colonia que amaste y que, desde el otro lado, añoras tanto y donde tu presencia nos hace falta. Con mucho cariño, tu fiel y querido Hormigonio.
Infante-Rodríguez D.A., Valenzuela-González J.E., Guerrero-Analco J.A., Ramírez-Marcial N. y Vásquez-Morales S.G. (2023). Las Magnolias: Biología, usos y su potencial como fuente de compuestos insecticidas. Naturaleza y Tecnología, 31-44. http://quimica.ugto.mx/index.php/nyt/article/view/479/Infante-Rodriguez Jiménez E.R. (2014). Café I (G. Coffea). Reduca (Biología). Serie Botánica, 7(2), 113-132. https://docta.ucm.es/rest/api/core/bitstreams/27030672-4b74-4df3-8a7b-eee39b14d1a2/content
Mi querida hormiguita Hortensia
Estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias de la Salud y Farmacéuticas, Facultad de Químico Farmacobiología,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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Sin embargo, todo esto ha cambiado…
Huimos de los residuos del café
Carta de una hormiga con insomnio y los residuos de café
Año 14 / Número 80 / 2025
Morelia, Mich. a 20 de junio de 2025