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Alimentos funcionales: ¿Un escudo natural contra la Enfermedad Renal Crónica?

Escrito por Claudia Jackelin De la Cruz-Ahumada y Saúl Ramírez-De los Santos

ARTÍCULO

 

Alimentos funcionales: ¿Un escudo natural contra la Enfermedad Renal Crónica?

Claudia Jackelin De la Cruz-Ahumada y Saúl Ramírez-De los Santos

 

 

Resumen

Los riñones desempeñan un papel crucial en la limpieza de toxinas y en el equilibrio de sustancias esenciales en nuestro cuerpo. En la Enfermedad Renal Crónica (ERC), su función de filtrado se deteriora gradualmente, afectando la salud general del organismo. Una estrategia emergente en el manejo de esta enfermedad, se centra en los alimentos funcionales que proveen componentes bioactivos con efectos beneficiosos adicionales. Estos alimentos actúan como aliados en la reducción de la carga sobre los riñones al disminuir toxinas acumuladas, mejorar la salud cardiovascular, controlar la presión arterial y restaurar el equilibrio de la microbiota. Integrar estos alimentos en la dieta junto con un tratamiento médico personalizado puede mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen ERC, reduciendo el riesgo de complicaciones y comorbilidades.

Palabras clave: Alimentos funcionales, Enfermedad Renal Crónica, microbiota.

 

RECIBIDO: 27/06/2024; ACEPTADO: 30/10/2024; PUBLICADO: 03/11/2025

 

¿Cuál es la principal función de los riñones?

Nuestros riñones son los filtros de nuestro cuerpo. Su trabajo es limpiar la sangre para mantener un equilibrio, eliminando los desechos y conservando los compuestos que necesitamos, pero a veces estos filtros se dañan lentamente y dejan de funcionar correctamente, lo que lleva a la Enfermedad Renal Crónica (ERC) que puede ser causada por diferentes razones, como la diabetes, la presión arterial alta o algunas otras enfermedades crónicas.

Una cuestión de importancia en la ERC es que no siempre da señales de advertencia tempranas, por lo que el diagnóstico se realiza cuando el daño al riñón es muy avanzado. Un diagnóstico oportuno permite el adecuado manejo de la enfermedad, que implica una combinación de tratamiento médico y cambios en el estilo de vida. A medida que la ERC progresa y los riñones pierden su capacidad de filtración, los productos de desecho y toxinas se acumulan en la sangre; a esto se le llama estado urémico. Esta acumulación de desechos tóxicos genera problemas en todo el organismo, como retención de líquidos, cansancio y fatiga, picazón en la piel, problemas en los huesos, e incluso puede afectar la función del corazón. Las comorbilidades asociadas a ERC como hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia y disfunción endotelial, hacen que el paciente presente un alto riesgo cardiovascular.

 

ERC y la microbiota

La microbiota es la comunidad de microorganismos, principalmente bacterias, que se hospedan en nuestro cuerpo y puede afectarse por el estado urémico, alterando la microbiota presente, llevando a causar problemas en la digestión, inflamación y en la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Podemos imaginarla como un ecosistema dentro de nuestro intestino, compuesto por distintos tipos de bacterias. A continuación, describiremos brevemente algunas de ellas:

 

  • Los Bacteroides son los recicladores del intestino, descomponen los alimentos que no se digieren completamente y producen vitaminas importantes.
  • Las Firmicutes son expertas en extraer energía de los alimentos.
  • Las Actinobacterias producen metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta, que protegen al intestino.
  • Las Bifidobacterias son amigables y beneficiosas, ya que mejoran la inmunidad y previenen el crecimiento de bacterias dañinas.
  • Las Proteobacterias, algunas de ellas son útiles, pero otras pueden ser perjudiciales si se encuentran en grandes cantidades.

En la ERC el equilibrio de ese ecosistema se descompone. Esto puede deberse a la inflamación crónica presente en la enfermedad, a la disminución de la función renal y a los cambios o restricciones de la dieta. En una microbiota alterada (disbiosis), las bacterias buenas disminuyen, mientras que las no tan buenas pueden aumentar; además, se producen metabolitos que al interactuar con el huésped pueden desarrollar enfermedades.

En personas con ERC, es importante restaurar la microbiota y mantener una adecuada salud cardiovascular, así como retardar la progresión del daño a los riñones. Una manera de hacerlo, es por medio de la alimentación, y es aquí donde entran en juego los alimentos funcionales, ya que pueden desempeñar un papel crucial en el cuidado de los riñones y en la salud general de los pacientes con ERC.

 

¿Qué son los alimentos funcionales?

Los alimentos funcionales son como superhéroes en la dieta, puesto que no solo nos proporcionan nutrientes básicos, sino que también contienen componentes biológicamente activos que ofrecen beneficios adicionales para la salud en la prevención, manejo o tratamiento de enfermedades crónicas o de sus síntomas. Algunos de los componentes de los alimentos funcionales promueven efectos fisiológicos y del estado del ánimo, más allá de su valor nutritivo tradicional. Estos bioactivos pueden ser vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes, entre otros.

En el contexto de la ERC, los alimentos funcionales pueden ayudar a reducir la carga sobre los riñones, disminuir las toxinas acumuladas, mejorar la salud cardiovascular, controlar la presión arterial, restablecer el equilibrio de la microbiota y proporcionar otros beneficios que son especialmente importantes para quienes padecen esta enfermedad. Conoceremos algunos de los alimentos funcionales de importancia en la ERC.

 

Omega-3: Es un tipo de grasa saludable que se encuentra en algunos pescados como el salmón, la caballa y el atún, también en frutos secos como las nueces y en el aceite de linaza. Estos ácidos grasos tienen múltiples beneficios en la salud: son cardioprotectores, modulan el sistema inmune y cuentan con propiedades antiinflamatorias naturales. Los omega-3 son una buena opción para los pacientes con ERC al reducir la inflamación asociada a la enfermedad, proteger el corazón y los vasos sanguíneos, mejorando los niveles de lípidos en sangre, mantener la presión arterial bajo control y crear un ambiente favorable para las bacterias beneficiosas de la microbiota.

 

Compuestos fenólicos: Estos son una amplia clase de compuestos químicos que se encuentran en el reino vegetal, reconocidos por poseer propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. En estos compuestos se incluyen a los flavonoides, ácidos fenólicos, taninos y otros metabolitos secundarios relacionados. Los compuestos fenólicos los encontramos en una variedad de frutas, verduras, legumbres, granos enteros, frutos secos, semillas, té y vino tinto. Algunos alimentos, particularmente ricos en compuestos fenólicos, son los arándanos, las fresas, las frambuesas, las uvas, las manzanas, las cebollas, el brócoli, el té verde y el cacao.

Se ha demostrado que sus propiedades les confieren una variedad de efectos beneficiosos para la salud, que van desde la protección contra problemas cardiovasculares hasta la prevención del cáncer. El consumo frecuente de una cantidad considerable de estos bioactivos, provenientes de una alimentación rica y variada en frutas y verduras, se asocia con mejoras en el perfil de lípidos y la presión arterial, en la disminución de riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, además de intervenir de manera positiva en la microbiota.

 Probióticos y prebióticos: Los probióticos son esos microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, tienen beneficios para la salud. Entre los más estudiados tenemos a los del género Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus. Los encontramos en algunos alimentos como el yogur y el kéfir, pero también en forma de suplementos. Al consumir probióticos añadimos una nueva oleada de bacterias buenas al intestino, lo que puede ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota y mejorar la salud digestiva. Los pacientes con ERC que consumen probióticos presentan disminución de las toxinas acumuladas, reducción de la respuesta inflamatoria, mantenimiento de la integridad intestinal y mejora de la respuesta inmune.

Los prebióticos son el alimento para las bacterias del intestino que contribuyen al bienestar del huésped, ayudan al crecimiento y a la actividad de un número selectivo de microorganismos intestinales. Son la porción de los vegetales que no somos capaces de digerir. Los principales prebióticos son la inulina, los fructooligosacáridos y los galactooligosacáridos. Las fuentes más importantes de prebióticos en la dieta son derivados del trigo, plátanos verdes, cebolla y ajo.

El consumo de prebióticos es de importancia en los pacientes con ERC porque restaura el equilibrio de la microbiota y mejora la integridad de la barrera intestinal al favorecer al crecimiento y actividad de las bacterias Bifidobacterium y Lactobacillus, también disminuye la inflamación sistémica, lo cual influye en la mejora de la función renal.

En conclusión, los alimentos funcionales pueden desempeñar un papel importante en el manejo de la Enfermedad Renal Crónica al proporcionar nutrientes esenciales y componentes bioactivos que mantienen la salud del riñón y disminuyen las principales comorbilidades de la enfermedad. Con una combinación de tratamiento médico adecuado e individualizado según las condiciones clínicas y el contexto de cada paciente, cambios en el estilo de vida y una dieta saludable que incluya alimentos funcionales, las personas con ERC pueden mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la enfermedad.

 

Claudia Jackelin De la Cruz-Ahumada. Departamento de Ciencias de la Salud, Centro Universitario de los Altos, Universidad de Guadalajara, Tepatitlán de Morelos. Jalisco, México.

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Saúl Ramírez-De los Santos. Departamento de Psicología Básica, Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. Jalisco, México.

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Castro-Fernández M., Gamboa-Miranda S. y Guevara-Sigarán M.F. (2023). Rol de la microbiota intestinal en la función renal y su relación con la enfermedad renal crónica. Revista Médica Sinergia, 8(5), e1047, https://revistamedicasinergia.com/index.php/rms/article/view/1047/2158

 

De la Cruz-Ahumada C.J., Topete-Reyes J.F. y De los Santos S.R. (2024). Gut microbiota alteration in CKD: From toxicity mechanisms to supplementation. Arch. Renal Dis. Manag., 9(1), 001-008. DOI: https://dx.doi.org/10.17352/2455-5495.000045

 

Medina D.N., Cravero-Bruneri A.P. y Villalva F.J. (2023). Alimentos funcionales: una revisión acerca de los potenciales beneficios en enfermedad renal crónica (ERC). Revista de la Facultad de Ciencias de la Salud, 1(14), 30-33. https://portalderevistas.unsa.edu.ar/index.php/RCSA/article/view/4042/4002