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U.M.S.N.H. Año 14/ Septiembre - Octubre / No. 83
cuatro focos y una radio en
su casa. Más tarde añadió
otro molino para bombear
agua y regar los cultivos fa-
miliares.
Su invento atrajo la
curiosidad de los vecinos
y pronto también la de los
medios locales. Su historia
llegó a la prensa nacional y
en 2007 fue invitado a una
conferencia TED en Tanza-
nia, donde, con gran timi-
dez, pronunció la frase que
lo haría famoso: «I tried,
and I made it work» («Lo in-
tenté, y funcionó»).
Aquella presentación
conmovió al público. Gra-
cias a ella, William recibió
apoyo internacional, obte-
niendo becas para estudiar
en la African Leadership
Academy en Sudáfrica y
después en el Dartmouth
College (EE.UU.).
En 2009 publicó su au-
apenas tenía para comer y él tuvo que abandonar la tobiografía, que sirvió de base para el guion de la
escuela porque no podían pagar la matrícula (unos película El niño que domó el viento, escrita junto con
80 kwacha, menos de un dólar al mes). el periodista Bryan Mealer. El libro se convirtió en
A pesar de todo, William no se resignó. Co- un éxito mundial, traducido a más de veinte idio-
menzó a frecuentar la pequeña biblioteca local, mas. En 2019, Netflix estrenó la adaptación cine-
instalada por la ONG Malawi Teacher Training Ac- matográfica, dirigida y protagonizada por Chiwetel
tivity, donde encontró un libro titulado Using En- Ejiofor, donde se recrea con gran fidelidad emocio-
ergy (Usando la energía). El libro, escrito en inglés nal la historia de William y su familia.
—idioma que apenas dominaba—, explicaba los El niño que domó el viento es una película pro-
principios básicos de la energía eólica. A partir de fundamente emotiva. Más que una narración sobre
unos diagramas y fotografías, entendió que podía una invención tecnológica, es una metáfora sobre
generar electricidad aprovechando el viento. Ins- el poder liberador del conocimiento científico en
pirado, decidió construir su propio molino. un contexto de pobreza estructural. Ambientada
Sin recursos económicos ni materiales, buscó a comienzos del 2000, la historia transcurre en un
piezas en el basurero local: un ventilador de tractor, paisaje seco, agrietado, donde el hambre amena-
amortiguadores de bicicleta, tuberías de PVC, pie- za con borrar la esperanza. La cámara de Ejiofor
zas de una vieja radio y madera de eucalipto. Con se detiene en los rostros curtidos por la necesidad
todo ello, y con un ingenio desbordante, construyó y en la dignidad del trabajo campesino. El joven
un molino de viento funcional, capaz de encender Maxwell Simba, en el papel de William, transmite
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