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Año 14 / Septiembre - Octubre / No. 83 U.M.S.N.H.
una mezcla de timidez, curiosidad y obstinación chazar las vacunas, aun cuando ya estaban dispo-
que sostiene toda la trama. Frente al escepticismo nibles?
de su padre —interpretado por el propio Ejiofor—, La película de Ejiofor nos recuerda que el
el muchacho insiste en aprovechar el viento como conocimiento es nuestra mejor defensa frente a
fuente de vida. los desafíos de la naturaleza y de un mundo cada
La fotografía, luminosa y austera, convierte vez más incierto. No se trata solo de la ciencia de
el paisaje en un personaje más: un territorio duro, frontera, sino de conocimientos accesibles y com-
pero vivo, donde el conocimiento y la imaginación prensibles para cualquiera que mantenga viva la
son actos de resistencia. La música acompaña con curiosidad.
discreción el crescendo emocional hasta el momen- La cultura científica —ese apropiarse social-
to en que el molino comienza a girar y el agua brota mente del conocimiento— es, como reconoce la
como símbolo de redención. ONU, un derecho humano. Comprender la ciencia
Más allá de su belleza visual, la película es una nos permite tomar decisiones informadas sobre la
reflexión sobre el derecho a la educación, la desi- salud, el medioambiente, la energía o la democra-
gualdad y el valor de la curiosidad científica. Nos cia misma. Cuando la ciencia se convierte en parte
recuerda que la ciencia no pertenece solo a los la- de la cultura —como la literatura o la música—, deja
boratorios ni a los especialistas: puede nacer en los de ser privilegio de unos pocos y se transforma en
lugares más humildes, allí donde alguien se atreve patrimonio común.
a preguntar ¿por qué? Fomentar la cultura científica es apostar por
La historia de William nos convoca a mi- una ciudadanía más libre, más crítica y más espe-
rar la ciencia como la herramienta más poderosa ranzada. El niño que domó el viento es una historia
que tenemos los seres humanos para enfrentar inspiradora que demuestra que la curiosidad puede
las vicisitudes de la vida cotidiana. La pandemia mover no solo un molino, sino también el mundo
de COVID-19 nos demostró, con crudeza, cuánto entero. Muy recomendable para todos, pero espe-
dependemos del conocimiento científico y cuán cialmente para educadores y escuelas de contex-
vulnerables somos ante su ausencia. También nos tos marginados, donde la chispa de la curiosidad
mostró los peligros del negacionismo y de la de- puede encender, literalmente, la luz del futuro.
sinformación: ¿Cuántas vidas se perdieron por re-
Coordinación de la Investigación Científica 105

