La Ciencia en el Cine

2049

Escrito por Horacio Cano Camach

En el número 24 de Saber más recomendé yo la película de Blade Runner, esa genial cinta de culto de Ridley Scott (USA, 1982). La película se basa de manera libre en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick, publicado en 1968, y que luego se convirtió en la semilla de un género llamado cyberpunk. El libro presenta un futuro distópico: una realidad en donde la tecnología lo domina todo, con sus grandes avances y capacidades, en contraste con una sociedad rota, sin esperanzas. A diferencia de otros subgéneros de la ciencia ficción, quien ocupa el lugar central es la Tierra y no el espacio. Una tierra contaminada, destruida por catástrofes y generalmente en guerra entre las grandes corporaciones y un grupo de antihéroes.

La historia de Blade Runner se centra en un mundo devastado por la guerra, la contaminación y la extinción de la diversidad de plantas y animales, en donde la tecnología domina todos los aspectos de la vida, incluso es la fuente de animales (una suerte de zoodroides que simulan a los animales que se han extinguido).

En este ambiente de mega ciudades que ocupan cientos de kilómetros, Rick Deckard, un policía especializado en cazar androides –replicantes, en la novela- que violen las reglas para su control y se acerquen a la tierra, es asignado a “retirar” a un grupo de la serie Nexus-6 que has escapado de sus confinamientos en el espacio e incursionado en nuestro planeta.

Esta serie de androides es tan perfecta, una conjunción entre robótica, cibernética e ingeniería genética, que es casi imposible distinguirlos de los propios humanos. El sueño perfecto de la creación que deja a la literatura fundacional de los Frankenstein y las creaturas del Dr. Moreau en el plano de la ingenuidad…

Este libro en que se basa la película es sin duda una de las mejores obras de ciencia ficción jamás escrita y una referencia de casi todo el género posterior. Constituye una pesadilla tecnológica, un thriller, un libro ambientalista, una novela de aventuras y un alegato sobre la responsabilidad ética con nuestras creaciones. Nos plantea una reflexión muy compleja sobre los límites de los vivo y lo artificial que ahora comienza a transformarse en una discusión real con el advenimiento de la biología sintética y la ingeniería genética.

La versión cinematográfica de ¿Sueñan los androides…? no tuvo el éxito comercial esperado por sus productores, de hecho, fue un fracaso, pero por canales misteriosos se convirtió en una cinta de culto. Scott logró un poema visual muy por encima del cine de la época. El propio autor de la novela, quien solamente alcanzó a ver un avance de unos 25 minutos comentó de ella “…era mi mundo interior: lo habían captado perfectamente”.

Blade Runner fue un fracaso comercial, de acuerdo a lo que esperaban los productores al invertir tanto dinero. Era demasiado sofisticada para un público alucinado con la “Guerra de las galaxias” (Lucas, 1977), “Encuentros cercanos del tercer tipo” (Spielberg, 1977) y esas películas de marcianitos chocarreros y en muchos sentidos, lejano a la ciencia ficción real. Pero a su fracaso económico le siguió su elevación al altar del culto. Millones de fans en todo el mundo, discusiones, foros, libros, debates y mitos en torno a la película le han dado su merecido lugar. Sin duda se trata de una de las mejores películas de ciencia ficción que se han filmado y nunca es tarde para verla y mejor aun, leer el libro y la obra de Philip K. Dick, una reflexión acerca del futuro, de la tecnología y la relación con nuestras creaciones.

Así llegamos a Blade Runner 2049, una secuela esperada largamente por los miles de fans de la película, no así del libro en donde no hay espacio para una segunda parte. En Blade Runner, Ridley Scott fue dejando migas que preparaban una secuela. Desde el título mismo Dick nos hace un guiño “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” y su personaje central Rick Deckard continuamente sueña con una oveja que desea regalar a su esposa (en la novela está casado…). En la película sueña con un unicornio y el policía Gaff le dice en una escena clave “…es una lástima que muera, pero que remedio, todos mueren…” ¿A quién se refiere, al replicante Roy Batti, líder de los androides que acaba de morir, a Rachel, la replicante que deben “retirar” o al mismo Deckard al que en una escena posterior le deja un unicornio de origami en su puerta como una señal de que conoce su secreto?

En la cinta hay muchas pistas que sembraban una duda, Scott emuló a K. Dick, un obsesivo de la ambigüedad ¿Es Rick Deckard -el más eficiente de los blade runners- un replicante? La tecnología construía a los androides con tal perfección que los hacía indistinguibles de los humanos, y solo el experto era capaz de reconocerlos mediante sofisticadas pruebas de inteligencia y empatía. Pero la Corporación Tyrell (fabricante) no detenía su avance y ya estaba experimentando con Rachel, representante de una nueva generación de androides con características extraordinarias y muy inquietantes para los humanos…

Denis Villanueve (La llegada, Sicario, El hombre duplicado) un director muy solvente fue elegido para filmar esta secuela por el mismo Ridley Scott. Una tarea muy difícil y arriesgada ¿Cómo lograr una obra nueva sin renunciar a su herencia? ¿cómo imprimirle su propio sello sin alterar el paisaje fascinante creado por Scott? Y por ultimo ¿cómo cautivar y atraer a un público formado en el cine vertiginoso aunque muy vacío al estilo Hollywood? ¿cómo conciliar las necesidades comerciales que financian y pagan a la industria con los miles de fanáticos absolutos de la obra original que además tienen expectativas imposibles de cubrir…?

Villanueve aceptó el reto y en mi opinión lo superó con creces. Blade Runner 2049 es una gran obra por si misma. Original dentro de los límites impuestos su precuela, es una película poética, melancólica, pero también inscrita en lo mejor del cine negro y el thriller. Con personajes inteligentes e intensos. Una fotografía y una música memorables, esta última tal vez no tan buena como el soundtrack de Vangelis que enmarca la primera película, pero muy digna.

Blade Runner 2049 está situada 30 años después de los hechos que nos narra la primera, situada en 2019. Comienza con una búsqueda, en realidad como en la primera, toda ella es una búsqueda: de la identidad, de la naturaleza y del destino de humanos y replicantes. La línea divisoria entre unos y otros es cada vez más fina. Al parecer, los avances de Tyrell han superado la dificultad máxima que separaba a los replicantes de los humanos: la capacidad de reproducirse. Esto es una revolución que amenaza destruir al mundo y ni las autoridades ni la nueva corporación Niander Walacce que sustituyó a Tyrell pueden permitirlo…

La búsqueda involucra a un policía, un nuevo Blade Runner (Ryan Gosling) llamado K en homenaje a Philip K. Dick, que tiene la misión de retirar a los replicantes de la serie Nexus 6. Si bien los androides son ya tolerados en la Tierra, los de la serie Nexus 6 que en la cinta original son los responsables de la “rebelión”, siguen siendo proscritos. A partir de una investigación digna de cualquier novela negra clásica que involucra pequeños hallazgos, rastros muy esquivos y señales por aquí y por allá, se va revelando el secreto de la capacidad de reproducción y ello pone en duda la superioridad humana sobre sus creaturas.

El universo de 2049 no se limita a Los Ángeles, se extiende a otras ciudades como San Diego y Las Vegas, ciudades que oscilan entre tiraderos de basura y nubes radioactivas. Las ciudades muestran un caos demográfico, contaminación, y aglomeración de todo, viviendas y humanos, contaminación...

2049 va mucho más allá que la original en su influencia de la novela negra. Presenta con toda claridad los arquetipos tradicionales de esta: un policía solitario, marginal y roto emocionalmente, una organización policíaca corrupta y sometida a los poderes fácticos, mujeres fatales -aunque en esta película juegan un papel mucho más activo y protagónico que en la BR original- y la ciudad misma es otro personaje.

La visión del futuro de esta película sigue siendo distópico y es probablemente un elemento importante en el poco éxito de público. Contrasta evidentemente con las historias heroicas, con final feliz que tanto fascinan a Hollywood y que han calado en el público. Aquí, el mundo no es un futuro feliz. Es una tierra destruida, dominada por las corporaciones voraces, en donde la presencia del estado prácticamente se limita a la policía.

Un elemento clave de esta película, como de todo el género es el contraste entre un alto nivel de desarrollo tecnológico que coexiste con la soledad, la marginación y el aislamiento humano. De alguna manera, el futuro alternativo que nos plantea fue incapaz de resolver los grandes problemas del presente y la tecnología, con todo y sus sorprendentes avances no contribuyó en nada al bienestar social.

Blade Runner 2049 es una película excelente por derecho propio. No es una secuela tradicional que solo continúa con la historia original y punto, copiando la historia, las escenas y forzando todo. Esta es una cinta hermosa en su realización, se desprende claramente de la historia original y va más allá. Respeta la historia original y su estética, pero expande su universo planteando (y dejando sin solución) las mismas preguntas de la primera. Para mi gusto, una más que digna sucesora y un hito en el cine de ciencia ficción contemporáneo.