EL NÚMERO QUE DESAPARECE

Escrito por Salvador Jara Guerrero

Hay un problema muy famoso que se sigue usando entre los niños. Se trata de pedirle a alguien lo siguiente: Piensa un número, multiplicado por 2, agrégale 8 (podemos decirle que agregue cualquier número par), dividiendo entre 2, ahora quítale el número que pensaste. ¡Te sobraron 4! Y nuestro amigo quedara maravillado reconociendo que en efecto le sobran 4.

Prueba el problema, y siempre el número que sobra es exactamente la mitad del número que le dijiste que agregara. En el caso anterior le pedimos a nuestro amigo que agregara 8, entonces al final le quedaron 4, si le hubiéramos dicho que agregara 10, le hubieran sobrado 5; si le hubiera agregado 6, le sobrarían 3.

¿Magia?, no. El Truco está en que desaparecemos el número desconocido, es decir desaparecemos el número que pensó originalmente nuestro amigo. Para aclarar esto pongamos un problema parecido pero mucho más simple: Piensa un número, agrégale 12 quítale el número que pensaste. Te quedaron 12. Cualquiera que sea el número que hayas pensado si se lo quitamos, el resultado será lo que hayas agregado, en este caso 12; si te hubieran dicho que agregaras 16 al final quedarían 16.

Ahora si, volvamos al problema original. Piensa un número, como no sé qué número pensaste le voy a llamar sandía. Multiplícalo por 2 ahora tienes 2 sandías. Agrégale 8: ahora tienes 2 sandías más 8. Divídelo entre 2: al dividir entre 2 al 2 sandías nos da 1 sandía, y el 8 entre 2 nos da 4, entonces ahora tenemos una sandía más 4. Quítale el número que pensaste: le quitamos la sandía y nos queda 4, que es la mitad del número que agregamos.