Celebración del 80 aniversario del volcán Parícutin

Escrito por Martha Gabriela Gómez Vasconcelos y Denis-Ramón Avellán

Fotografía tomada desde la vista occidente de la antigua Iglesia que fue parcialmente sepultada por las lavas delvolcán Parícutin en el poblado de San Juan Parangaricutiro. Foto: Martha Gómez.

«Preservar nuestro patrimonio y prepararnos para futuras erupciones»

El volcán Parícutin es un cono de escoria que forma parte del campo volcánico Michoacán-Guanajuato dentro de la meseta Purépecha, ubicado a 20 km al noroeste de la ciudad de Uruapan. Es un volcán pequeño con pendientes pronunciadas formado por la acumulación de fragmentos de roca volcánica (tamaño ceniza, lapilli y bloques de lava) que fueron expulsados desde las columnas eruptivas producidas por repetidos pulsos explosivos ocurridos a lo largo de nueve años.

Gran parte de los volcanes activos en México se encuentran en la región central del país, en el llamado cinturón volcánico Trans-Mexicano, donde vive cerca del 50% de la población mexicana rodeada por más de ocho mil volcanes. En esta región volcánica podemos encontrar diversos volcanes pequeños de tipo monogenético, es decir, que se forman durante una sola erupción, que puede durar desde semanas hasta varios años, por lo que una vez cesada su actividad no vuelven a hacer erupción. Actualmente, dentro del campo volcánico Michoacán-Guanajuato no existe actividad volcánica superficial y los volcanes monogenéticos existentes ya están extintos; pero sí han ocurrido erupciones históricas en los últimos diez mil años y existen algunas manifestaciones termales. También, se han registrado en diferentes ocasiones varios enjambres sísmicos en la zona del Parícutin-Tancítaro (en los periodos 1997; 1999-2000; 2006; 2020-2021, 2022), recordándonos que una nueva erupción puede ocurrir en un futuro cercano. Para hacer frente a la amenaza de una posible nueva erupción, las campañas de concientización pública, los esfuerzos de monitoreo geofísico y los planes de preparación requieren una mejora sustancial.

Por lo que, desde la erupción del volcán Parícutin hasta las últimas dos décadas, se han estudiado sus volcanes con la intención de conocer cada cuánto nace un volcán como el Parícutin. El registro geológico es una herramienta importante para conocer con qué frecuencia hace erupción un nuevo volcán en la región, lo que ayuda a crear conciencia en la población de que vivimos en una región volcánica activa. Además, esta información geológica nos sirve para el monitoreo en caso de presentarse algún tipo de actividad (e.g., sismicidad, fumarolas, etc.). Igualmente, hay que recordar que estos volcanes son parte de nuestro patrimonio cultural, geológico y educativo, por lo que es importante conservarlos y valorarlos.

 

Fotografía tomada por la noche donde se aprecia al volcán Parícutin teniendo erupciones de estilo Estromboliano. Se aprecia una pequeña columna eruptiva establecida desde su cráter. Sus flancos presentan colores rojos-amarillentos debido a que muchos fragmentos volcánicos incandescentes son arrojados de manera balística con temperaturas de 1,000 a 1,200 °C. Fotografía de Wilcox, 1943.

Historia eruptiva del volcán Parícutin

El Parícutin nació el 20 de febrero de 1943 en el municipio de Uruapan, tras 44 días de intensa actividad sísmica en la zona. El primer sismo ocurrió el 7 de enero con una magnitud de 4.4, después ocurrieron 21 sismos tectónicos con magnitudes entre 3.2 y 4.5, casi todos localizados a 320 km al este del volcán, de acuerdo a datos reportados por Yokoyama y De la Cruz-Reyna en 1990. Foshag y González relatan que «el señor Dionisio Pulido, el 20 de febrero escuchó un ruido similar al de un trueno, e inmediatamente después se formó una grieta de casi 30 metros de largo en su campo de cultivo. Desde esa grieta o fisura comenzaron a salir gases y ceniza (fragmentos de roca volcánica, de tamaño ceniza a bloques), y llovieron bombas incandescentes». En las primeras 24 horas ya se había formado un volcán de 30 metros de altura, y después de 10 días, había alcanzado los 148 metros. Ezequiel Ordóñez y Ariel Hernández Velasco, clasificaron la actividad explosiva del volcán en tres etapas: la primera consistió en erupciones explosivas formando una columna eruptiva y material piroclástico; la segunda consistió de periodos de calma alternados con periodos de actividad explosiva; y la tercera etapa se caracterizó por la emanación de gases y ceniza. El volcán siguió creciendo con erupciones de tipo Estromboliana hasta alcanzar su altura máxima de 385 metros el 31 de diciembre de 1947.

El 3 de abril de 1943 comenzó la actividad efusiva con la emanación de flujos de lava a temperaturas de entre 1,000 y 1,200 °C desde varios puntos de emisión localizados al noreste y sureste del cono de escorias, llamados Quiquichio, Ahuán, hornitos o bocas. Después, del 18 de octubre de 1943 al 8 de enero de 1944, se formó el Zapichu/Sapichu (hijo en lengua Purépecha). Posteriormente, se siguieron presentando pulsos eruptivos de tipo explosivo, alternados con la fase explosiva y con periodos de quietud hasta el 4 de marzo de 1952, día en que cesó la erupción de este volcán. Durante los nueve años de su actividad, afectó a más de 2,500 personas, sepultando por completo los poblados de Parícutin y San Juan Parangaricutiro, y afectando significativamente a los poblados de Zirosto, Zacán y Angahuan. Además, su actividad volcánica causó muchos daños al ecosistema, problemas sociales y económicos por la pérdida de sus bienes, situaciones que hicieron necesaria la reubicación de los habitantes hacia otras comunidades. El nacimiento del volcán Parícutin y los más de 1,200 volcanes en este campo volcánico, nos recuerda que la región norte del estado de Michoacán y sur de Guanajuato es dinámicamente activa, y que una erupción similar podría dar paso a la formación de un nuevo volcán en el futuro.

Fotografía del volcán Parícutin tomada desde el suroeste del poblado de Angahuan en la meseta Purépecha.
Fotografía: Martha Gómez.

Celebración del 80 aniversario del volcán Parícutin

En tema central del congreso internacional fue «Preservar nuestro patrimonio y prepararnos para futuras erupciones», centrándose en el vulcanismo monogenético y los peligros asociados, así como en la preservación de las regiones volcánicas y sitios arqueológicos que han servido como registro cultural, reconociendo su importancia histórica y educativa. El congreso reunió a científicos de diferentes especialidades que pueden contribuir a la solución de estos problemas, proponiendo nuevas vías de investigación, así como novedosas medidas de mitigación y proyectos de preservación que puedan tener impacto en las políticas públicas vigentes.

La conmemoración se llevó a cabo del 19 al 24 de febrero de 2023 en Morelia, Michoacán. Hubo conferencias científicas, pósters, actividades culturales, excursiones geológicas, ruedas de prensa y presentación de documentales. Las sedes fueron el Centro Cultural Universitario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y el auditorio del CSAM en la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Morelia. Mayores informes en: https://paricutin80.geofisica.unam.mx/

Para Saber Más:

Foshag, W.F. y Gonzalez, R.J. (1956). Birth and development of Paricutin Volcano, Mexico. U.S. Geological Survey. Bull., 965-D: 355--489.

 

Hasenaka, T. y Carmichael, I.S.E. (1985). A compilation of location, size, and geomorphological parameters of volcanoes of the Michoacán-Guanajuato volcanic field, central Mexico. Geofísica Internacional, 24(4), 577-607. file:///C:/Users/Arpro/Downloads/HasenakaCarmichael1985bAcompilationoflocsizeandgeomorphparametersofvolcoftheMGVFGeofInt.pdf

 

Kennedy, G.C. (1946). Activity of Paricutin volcano from April 12 to May 3, 1946. Eos, Transactions American Geophysical Union, 27(3), 410-411. https://doi.org/10.1029/TR027i003p00410

 

Macías Vázquez, J.L. y Capra Pedol, L. (2004). Los volcanes y sus amenazas (vol. 210), México, Fondo de Cultura Económica.

 

Nolan, M.L. (1979). Impact of Parícutin on five communities. Volcanic activity and human ecology, 293-338. http://cidbimena.desastres.hn/pdf/eng/doc13636/doc13636-1.pdf

 

Segerstrom, K. y Gutiérrez, C. (1947). Activity of Paricutin Volcano from May 4 to September 8, 1946. Eos, Trans American Geophysical Union, 28(4), 559-566. https://doi.org/10.1029/TR028i004p00559

 

Wilcox RE. 1948. Activity of Paricutin volcano from December 1, 1947 to March 31, 1948. Eos, Trans Amer Geophys Union, 29(3), 355-360. https://doi.org/10.1029/TR029i003p00355

 

Yokoyama, I. y De la Cruz-Reyna, S. (1990). Precursory earthquakes of the 1943 eruption of Paricutin volcano, Michoacán, México. Journal of Volcanology and Geothermal Research, 44(3-4), 265-281. https://doi.org/10.1016/0377-0273(90)90021-7

 

Zies, E.G. (1946). Temperature measurements at Paricutin volcano. Eos, Transactions American Geophysical Union, 27(2), 178-180. https://doi.org/10.1029/TR027i002p00178

 

Martha Gabriela Gómez Vasconcelos. Cátedra Conacyt (Investigadora por México), CONACYT-Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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Denis-Ramón Avellán. Cátedra Conacyt (Investigador por México), CONACYT-Instituto de Geofísica Unidad Michoacán, Universidad Nacional Autónoma de México.

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