Abejas y Probióticos

Escrito por Tsiri Diaz y Ek del Val

Cuando nos sentimos enfermos sabemos que seguramente tenemos una infección por virus o bacteria, es decir que alguna especie de microorganismo nos está invadiendo y nuestro cuerpo se defiende para enfrentarlo. Sin embargo, somos menos conscientes de los microorganismos que viven continuamente dentro de nosotros y que por el contrario, nos ayudan en la digestión de los alimentos y a defendernos de otros microorganismos patógenos.

En épocas recientes cada vez más investigadores y médicos están tomando consciencia de la importancia de toda la comunidad de microorganismos benéficos que viven con nosotros y la investigación en torno a ellos ha crecido de manera exponencial. Así se han detectado bacterias que son fundamentales para tener una buena digestión en los humanos: los lactobacilos. Por ello es común que al presentar malestar estomacal o diarrea leve nos receten probióticos en lugar de antibióticos, es decir que nos están mandando una dosis de bacterias para renovar la comunidad que teníamos en el estómago o intestino y que desapareció. En este caso las bacterias son nuestras amigas, y no los entes malévolos que nos habían enseñado.

 

Asociaciones benéficas en otros animales

No solamente los humanos tenemos asociaciones benéficas con microorganismos, podríamos decir que todos los seres vivos que habitan en la Tierra tienen alguna interacción positiva con bacterias u hongos, históricamente se ha puesto más énfasis en las relaciones antagonistas entre especies, pero la realidad es que ambos tipos de interacción son comunes y ambas contribuyen al funcionamiento de la vida tal como lo conocemos. En algunos casos las asociaciones positivas llegan al extremo de simbiosis, es decir que una especie no puede vivir sin la otra. Tal es el caso de las termitas que se alimentan de madera pero que son incapaces de degradarla por si solas; éstas tienen bacterias y protozoarios en el tracto digestivo que son los que realmente digieren la lignina y proporcionan el alimento a las termitas, sin estos microorganismos las termitas morirían de hambre y a su vez los microorganismos simbiontes no podrían vivir dentro de ningún otro animal, por lo que la existencia de uno requiere necesariamente de la presencia del otro.

 

Salud en las abejas

Las abejas no son la excepción, se ha documentado que estos insectos también tienen en su tracto digestivo lactobacilos que deben estar jugando un papel importante para su protección contra microorganismos patógenos. Recientemente muchas colonias de abejas mieleras de la especie Apis mellifera, han sufrido bajas considerables en Norteamérica y en Europa, a este fenómeno se le conoce como Desorden del colapso de las colmenas (CCD por sus siglas en inglés), en el cual las colmenas de abejas europeas comienzan a morir sin una razón aparente. Dada la importancia de las abejas para la producción de miel y para la polinización de muchos cultivos, se han realizado múltiples investigaciones para resolver la incógnita. Los estudios apuntan a que este fenómeno no tiene una sola causa sino es multifactorial, el colapso de las colmenas es producto de muchas acciones que están implicadas en las condiciones de manejo tecnificadas. En primer lugar, la agricultura contemporánea de gran escala utiliza cantidades industriales de insecticida para disminuir el daño provocado por plagas, y aunque las abejas no sean el blanco de éstos, si son afectadas cuando hay una acumulación considerable en el ambiente, en particular los insecticidas llamados neonicotinoides desorientan a las abejas y les impiden regresar a la colmena. Por otro lado, dada la producción de abejas en grandes cantidades, hay una proliferación importante de enfermedades como el ácaro Varroa y el hongo Nosema que también disminuyen la vitalidad de las colonias y terminan matándolas.

 

Abejas y probióticos

Con este panorama en mente, varios grupos de investigación alrededor del mundo están buscando estrategias para aumentar la sanidad de las colmenas y reforzar la vitalidad de las colonias. En nuestro caso, tomando como referencia los efectos positivos de los probióticos en los humanos nos dimos a la tarea de investigar si las abejas europeas con colonias sanas en Michoacán presentaban lactobacilos y si éstos les proveían de alguna ventaja para permanecer con buena salud y evitar la infección por patógenos y parásitos.

Para ello realizamos un experimento con abejas mieleras inoculadas con el hongo patógeno Nosema y abejas control sin el patógeno, posteriormente evaluamos el desempeño de las abejas e identificamos a la comunidad de bacterias del tracto digestivo de éstas. Encontramos que las bacterias del intestino de las abejas conforman una compleja comunidad con muchas especies y pudimos registrar que Nosema, el microorganismo patógeno, impacta negativamente reduciendo las poblaciones varias bacterias consideradas como benéficas del género Lactobacilus. Posteriormente fueron aislados los Lactobacilos presentes en abejas sanas, encontrando que Lactobacilus plantarum reduce los efectos de Nosema sobre las comunidades de microorganismos de las abejas, pudiendo funcionar como agente de control biológico, restableciendo o evitando que Nosema altere las funciones vitales de las abejas. En otro experimento, alimentamos a las abejas con el insecticida neonicotinoide imidacloprid a concentraciones de campo tan bajas que no las mata, pero detectamos que tiene un fuerte efecto sobre estos Lactobacilos benéficos, es decir que el insecticida afecta indirectamente la salud de las abejas al matar las bacterias que viven en su tracto digestivo, aumentando la susceptibilidad de las abejas a patógenos como Nosema.  

El entender que las especies no estamos aisladas, sino que vivimos en continua interacción con otras especies tanto macro como microscópicas, nos abre expectativas diferentes sobre cómo entender la vida y cómo debemos enfrentar las enfermedades. Tomando como referencia que muchas enfermedades parecen estar relacionadas con los cambios en la comunidad de microorganismos asociados, tanto en los seres humanos como todas las especies de seres vivos. Es importante que los tratamientos médicos se aproximen a la enfermedad no solamente atacando a los patógenos sino favoreciendo a los microorganismos benéficos. Dada la crisis en las colmenas de abejas que producen miel y son utilizadas para polinizar numerosos cultivos comerciales, esta aproximación parece ser prometedora.

 

Tsiri Diaz, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, Universidad Nacional Autónoma de México, Ant. Carretera a Pátzcuaro 8701, Col. Ex Hacienda de San José de la Huerta, CP 58341, Morelia, Michoacán.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. 

Ek del Val, Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia, Universidad Nacional Autónoma de México, Ant. Carretera a Pátzcuaro 8701, Col. Ex Hacienda de San José de la Huerta, CP 58341, Morelia, Michoacán.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..