ENTÉRATE
Oyamel: entre rezos y deforestación
*Saúl George-Miranda y Bárbara Cruz-Salazar
RECIBIDO: 20/06/2024; ACEPTADO: 16/11/2024; PUBLICADO: 03/11/2025
¿Oyamel religioso?
El oyamel o abeto debe su nombre científico (Abies religiosa) a que, en la punta de las ramas, en donde van creciendo las últimas ramillas, se forma una cruz. Si bien, el oyamel es una conífera (plantas en su mayoría con forma cónica que no producen flores, sino conos o «piñas»), no es un pino, pero sí está relacionado con estos. Una característica llamativa del oyamel es la forma de sus copas, pues terminan en una punta bien definida, la cual conservan siendo adultos, a diferencia de los pinos que tienen una copa más redondeada.
Requerimientos ambientales del oyamel
El oyamel se considera una especie clímax de los bosques de coníferas en las montañas del centro de México, especies que se establecen cuando las condiciones ambientales son estables durante tiempos prolongados. En sus primeros años de vida no tolera el sol directo y requiere de alta humedad, por lo que necesita de la sombra de otros árboles o arbustos para poder tener un buen crecimiento y sobrevivir. Por ello, áreas con pastoreo y/o tala intensa cambian las condiciones que necesita el oyamel para establecerse, mientras que los incendios devastan sus poblaciones, pues no son resistentes a estos, como algunos pinos; además de la relativa especialización de su hábitat (espacio con condiciones adecuadas para que viva una especie se desarrolle). De acuerdo con Ortiz-Bibian y colaboradores (2019), el oyamel es una conífera de crecimiento lento que comienza a reproducirse entre los 17 y 25 años.
Los bosques de oyamel ayudan a recargar de manera eficiente el agua bajo el suelo, y sobre este, bajo sus copas, crece muy bien el musgo que funciona como una esponja, reteniendo el agua de las lluvias. Toda esta agua es usada por las poblaciones humanas. En el Estado de México y Michoacán, los bosques de oyamel son el hábitat de la mariposa monarca durante el invierno. En Tlaxcala, todavía se encuentran algunos bosques de oyamel en Nanacamilpa, Tlaxco, Terrenate y La Malinche.
El oyamel en La Malinche
La Malinche es el área boscosa más importante de Tlaxcala. Durante la época de la conquista, los españoles describieron a La Malinche, llamada en ese entonces «Sierra de Tlaxcala», como una sierra con abundantes oyameles, cipreses, pinos y encinos, un bosque cerrado sin lugar descubierto más que la cima. No sabemos hasta dónde llegaba el bosque, y menos la extensión del oyamel, pero se sabe que el aprovechamiento se incrementó después de la conquista, por la explotación de madera y leña por parte de Tlaxcaltecas y Poblanos.
Hartmut Ern, en 1976, hizo una descripción de la vegetación de La Malinche y encontró oyamel desde los 2 400 m de altitud en la parte de San Miguel Canoa, en grandes áreas fuera de las cañadas, siendo más abundante entre los 2 700 y 3 300 metros sobre el nivel del mar. Las evidencias de este investigador lo llevaron a suponer que, en tiempos pasados, cuando el bosque de La Malinche estaba menos deteriorado, debió existir un bosque mixto de cedro blanco (Cupressus lindleyi), oyamel (Abies religiosa) y ocote (Pinus pseudostrobus) entre los 2 700 a 3 300 m de altitud.
Actualmente, el área boscosa ha disminuido para crear cada vez más áreas de cultivo y pastoreo, que también, con la tala ilegal y los incendios, han reducido significativamente los bosques de La Malinche. Por ejemplo, durante varias salidas a campo por nuestro grupo de investigación, entre diciembre de 2020 y marzo de 2021, observamos que aún quedaban árboles de oyamel entre las parcelas de cultivo en la ladera norte y sureste. Los árboles observados se encontraron lejos de cañadas, en áreas más expuestas a la luz solar, todos ellos con más de 30 m de alto y un tronco ancho (300 cm de diámetro) que hace suponer una edad mayor a un siglo de vida, considerando el tamaño y el crecimiento lento de esta conífera. Aunque estos árboles aún producen conos, debido a su aislamiento y posiblemente a su edad, la probabilidad de que su semilla produzca una planta es muy baja.
Considerando la descripción de René Acuña en 1985, y la posterior propuesta de Hartmut Ern, de que el oyamel tuvo una distribución mucho más amplia en La Malinche, podemos suponer que hemos perdido un área importante de esta conífera en La Malinche, probablemente en otras áreas del estado de Tlaxcala y en otros bosques de México. Un ejemplo de esto es el registro de árboles adultos aislados en medio de parcelas de cultivo con una lejanía cercana y/o mayor a medio kilómetro del bosque.
Actualmente, los bosques de oyamel en La Malinche solo se encuentran en las cañadas, áreas en donde quizás los taladores clandestinos aún no llegan, porque en zonas más accesibles esta actividad continúa.
Acciones para recuperar al oyamel
Recuperar el área de bosque perdido de oyamel es una tarea difícil por los requerimientos ambientales de sombra y humedad que requiere este árbol en sus primeros años de vida. Se necesitan acciones que ayuden a aumentar su presencia dentro del bosque en La Malinche, ya que la mayor actividad de reforestación observada corresponde a pinos, para ello, hay que considerar que es un árbol dependiente de la sombra, por lo que la planeación para reforestar no puede ser la misma que la de los pinos. También, es importante tener en cuenta que es más sensible a los incendios que los pinos, razón por la cual es necesario evitar incendios dentro del bosque.
Otra estrategia para ayudar a la conservación del oyamel es la investigación científica. En el Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, se está estudiando la variación genética al interior y entre las poblaciones del oyamel, así como las rutas de intercambio reproductivo con otras poblaciones para identificar poblaciones vulnerables y unidades de conservación
Saúl George-Miranda. Estudiante de Doctorado en Ciencias Biológicas, Estación Científica La Malinche, Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta, Universidad Autónoma de Tlaxcala. Tlaxcala, México.
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Bárbara Cruz-Salazar. Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, Universidad Autónoma de Tlaxcala, Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta, Estación Científica La Malinche, Tlaxcala, México.
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Acuña R. (2017). Relaciones geográficas del siglo XVI: Tlaxcala. Tomo I. Universidad Nacional Autónoma de México. https://librosoa.unam.mx/handle/123456789/1612
Ern H. (1976). Descripción de la vegetación montañosa en los estados mexicanos de Puebla y Tlaxcala. Willdenowia. Beiheft, 1-128. https://www.jstor.org/stable/4603635?read-now=1&oauth_data=eyJlbWFpbCI6ImJnZW1pc2FAZ21haWwuY29tIiwiaW5zdGl0dXRpb25JZHMiOltdLCJwcm92aWRlciI6Imdvb2dsZSJ9&seq=5#page_scan_tab_contents
Ortiz-Bibian M.A., Castellanos-Acuña D., Gómez-Romero M., Lindig-Cisneros R., Silva-Farías M.Á. y Sáenz-Romero C. (2019). Variación entre poblaciones de Abies religiosa (HBK) Schl. et Cham a lo largo de un gradiente altitudinal. I. Capacidad germinativa de la semilla. Revista Fitotecnia Mexicana, 42(3), 301-308. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S018773802019000300301&script=sci_arttext