ARTÍCULO
Superhéroes lácticos: Microbiota de la leche materna
Soraya Mendoza-Olazarán y Néstor Casillas-Vega
Resumen
La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido debido a sus grandes beneficios en el desarrollo y en la protección de la salud del bebé. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación con leche humana de forma exclusiva los primeros seis meses de edad y continuar hasta mínimo dos años con una adecuada alimentación complementaria al cumplir los seis meses. Con estas recomendaciones, podemos entender que la leche materna es muy importante, ya que no solo es comida para los bebés, sino también un cóctel completo que se adapta a lo que necesita a medida que crece. En este artículo resaltamos la importancia de la microbiota en la leche materna.
Palabras clave: Crecimiento, leche materna, microbiota, salud del bebé.
RECIBIDO: 28/06/2024; ACEPTADO: 15/01/2025; PUBLICADO: 03/11/2025
La microbiota en la leche materna
Hace poco más de 20 años no había tantos estudios de investigación sobre la leche materna, por lo que se creía que era un fluido libre de bacterias. A lo largo del tiempo, hemos aprendido que esto no es así, y que la leche humana no está libre de microorganismos. De hecho, hoy sabemos que las bacterias que se han encontrado en la leche materna también se encuentran en el intestino de la mamá, en la boca y en las heces del bebé.
Lo que conocemos como la microbiota de la leche materna está formada por una gran variedad de bacterias, virus y hongos. De manera general, la microbiota es el conjunto de microorganismos que conviven de manera amigable con los organismos, en este caso con los seres humanos y no causan enfermedades. Anteriormente, era llamada incorrectamente «flora o microflora». Los principales estudios de la microbiota se han centrado en el intestino humano, descubriendo que tenemos más de cien billones de microorganismos en nuestro intestino, principalmente bacterias, las cuales cumplen funciones importantes para el cuerpo humano, como la digestión, la producción de vitaminas (B12, biotina, ácido fólico y K), la protección de la mucosa intestinal y, por consiguiente, actúan como barrera para los microorganismos que nos pueden causar enfermedades.
La leche materna contiene nutrientes y microbiota, formada por una gran cantidad de bacterias beneficiosas que son como los «superhéroes» para el cuerpo del bebé, ayudándolo en su desarrollo y protegiéndolo de enfermedades. Entonces, ¿las bacterias de la leche materna no son malas? No todas. En el caso de las bacterias, encontramos muchas que son buenas y muy importantes porque ayudan a desarrollar el sistema de defensas del bebé y a mantener su intestino saludable. También hay estudios que nos dicen que la leche materna puede prevenir enfermedades inflamatorias en los bebés prematuros y mejorar la efectividad de las vacunas.
¿Quiénes son estos superhéroes lácticos y de dónde vienen?
Con la tecnología moderna, hemos podido identificar aún más bacterias en la leche materna. Estos estudios han encontrado que hay una variedad de bacterias que viven en la leche a lo largo de todo el período de lactancia, desde el calostro, que es la leche inmadura que se forma desde el embarazo, hasta la leche madura. Algunas de estas bacterias son comunes en la boca, lo que sugiere que podrían ser transferidas durante la lactancia. Las bacterias buenas, llamadas probióticos como los lactobacilos, estreptococos y estafilococos, abundan en la leche materna al igual que diversos nutrientes; sin embargo, los protagonistas de esta historia son las llamadas bifidobacterias y los oligosacáridos (azúcares) que, juntos, son como un dúo dinámico para la salud del bebé.
Básicamente, los probióticos son bacterias buenas que ayudan a mantener el intestino sano, mientras que los oligosacáridos son el alimento que necesitan estas bacterias buenas para mantenerse en una cantidad adecuada y realizar correctamente sus funciones. Algunos estudios han revelado que el calostro contiene una mayor diversidad de bacterias, comparado con leche materna madura, aparte de mostrar un mayor o igual potencial en cepas de lactobacilos naturales, comparado con lactobacilos comerciales. Es por esto que, actualmente, se recomienda iniciar la lactancia desde el momento en que nace el bebé para que aproveche esta leche inmadura, rica en nutrientes y bacterias buenas.
Las bacterias de la leche materna vienen de varios lugares. Hay diferentes teorías sobre su origen, una de ellas sugiere que las bacterias provienen de la piel de la mamá y la boca del bebé. Algunas ya están en el bebé antes de nacer, otras las obtiene al pasar por el canal de parto, y otras las recibe cuando está en contacto con la piel de su madre mientras amamanta. Otra teoría, más reciente, propone que las bacterias se transfieren desde el intestino de la madre a la leche a través de la circulación sanguínea, a este proceso superinteresante lo llamamos «ruta enteromamaria», donde las bacterias del intestino de la madre viajan hasta sus senos y luego al bebé a través de la leche.
¿Qué pasa si faltan los superhéroes lácticos?
La ausencia de microorganismos buenos en el intestino de los bebés, en especial las bifidobacterias, puede llevar a problemas de salud. Por ejemplo, puede aumentar el riesgo de infecciones, inflamaciones crónicas y problemas digestivos. También se ha visto que los bebés sin este tipo de bacterias pueden tener un desarrollo de sus defensas menos eficiente, con más riesgo de tener alergias y otras enfermedades. Las investigaciones recientes sugieren que la mejor manera de asegurar la salud intestinal de los bebés es combinar los oligosacáridos con probióticos, como las bifidobacterias, ya que juntos pueden ayudar a restablecer la microbiota saludable en los bebés, especialmente en aquellos que no son amamantados o que han nacido por cesárea, puesto que estos factores pueden afectar la transmisión natural de bacterias buenas de la madre al bebé.
Entre los muchos factores que pueden alterar la microbiota de la leche materna, está la dieta de la madre, su salud y si el bebé nace por cesárea o parto natural. Por ejemplo, un mayor consumo de carbohidratos en la dieta de la madre está asociado con una mayor cantidad de ciertas bacterias beneficiosas en la leche materna. Uno de los principales factores que pueden arruinar la salud intestinal de los bebés es el uso de antibióticos, ya que estos matan a las bacterias buenas, así que cuando un bebé requiera de antibióticos, se recomienda que después del tratamiento se suplemente con probióticos, especialmente si no son bebés amamantados.
Los superhéroes lácticos trabajan a largo plazo
La lactancia materna tiene un gran impacto en la salud pública. Los bebés que son alimentados con leche materna tienen menos riesgo de morir en el primer año de vida y desarrollan mejor su cerebro. Además, no solo los bebés se benefician de estas bacterias, sino que también ayudan a la salud de las madres. Por ejemplo, pueden ayudar a prevenir infecciones en la mama, como la mastitis, que se desarrolla por la inflamación del seno causada por una infección.
Las bacterias buenas de la leche materna tienen beneficios a largo plazo, ayudan a prevenir alergias, asma, y enfermedades autoinmunes. Además, reducen el riesgo de enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad en la vida adulta.
La leche materna es increíblemente valiosa no solo por sus nutrientes
Hemos visto que, además de los nutrientes que contiene la leche materna, la presencia de las bacterias beneficiosas que transfiere al bebé, tienen propiedades y funciones extraordinarias. La combinación de oligosacáridos y bifidobacterias es esencial para el establecimiento y mantenimiento de la microbiota intestinal de los bebés. Las bacterias de la leche materna ayudan a desarrollar el sistema inmunológico, mejoran la digestión y protegen contra enfermedades, brindándole una base sólida para su salud durante su infancia y en su vida adulta. Es por todo esto, que las bacterias de la leche materna son como superhéroes para la salud del recién nacido.
Soraya Mendoza-Olazarán. Profesora de la Universidad del Valle de México, Campus Cumbres. Monterrey, Nuevo León.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Néstor Casillas-Vega. Profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Facultad de Medicina, Departamento de Patología Clínica. Monterrey, Nuevo León.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
González-Rodríguez R.I. (2020). Microbiota en leche humana. Gaceta Médica de México, 156(Supl. 3), S58-S64. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0016-38132020000900058&script=sci_abstract
Méndez-León E.M. (2022). Impacto de la leche materna y microbiota en el sistema inmunológico del lactante. Revista de Salud de Jalisco, 9(Número Especial), 63-65. https://www.medigraphic.com/pdfs/saljalisco/sj-2022/sje221i.pdf
Wong C.B., Huang H., Ning Y. y Xiao J. (2024). Probiotics in the New Era of Human Milk Oligosaccharides (HMOs): HMO Utilization and Beneficial Effects of Bifidobacterium longum subsp. infantis M-63 on InfantHealth. Microorganisms, 12, 1014.https://doi.org/10.3390/microorganisms12051014