ARTÍCULO
La sostenibilidad en la arquitectura
Elsa Anaid Aguilar-Hernández
Resumen
La arquitectura sostenible busca, por medio de nuevas tecnologías, la observación, el estudio del sitio a construir y sus características ambientales, para ofrecer alternativas de diseño responsable que cubran las necesidades de los futuros habitantes, mediante el aprovechamiento eficiente y asequible de la energía, los materiales y el proceso constructivo. Asimismo, se enfoca en mejorar la satisfacción y la demanda de confort a partir de técnicas y tecnologías de diseño sostenible. En este artículo expongo la relación que tiene la sostenibilidad con la arquitectura, con el propósito de generar un ambiente más sano.
Palabras clave: Arquitectura, construcción, sostenibilidad.
RECIBIDO: 28/06/2024; ACEPTADO: 05/11/2024; PUBLICADO: 03/11/2025
La sostenibilidad y la industria de la construcción
Desde la sostenibilidad, la disciplina de la arquitectura busca el aprovechamiento máximo de los materiales y de los procesos edificatorios, abarcando desde la extracción y manufactura de los materiales utilizados en la construcción, el traslado, arribo y distribución en la obra, así como el proceso edificatorio, la puesta en operación, el uso de los espacios habitables y el desecho de componentes propios de la obra arquitectónica. Al hablar de sostenibilidad, nos referimos a la búsqueda de procesos en los que intervienen la economía, la sociedad y el medioambiente; si alguno de ellos no se encuentra en el tema o proceso en cuestión, deja de ser sostenible.
La idea de sostenibilidad nace en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y es plasmada en el documento denominado Informe Brundtland, también conocido como nuestro futuro común. De este surge la premisa señalada en el postulado que dicta «satisfacer nuestras necesidades, sin comprometer el futuro». Así, el Informe Brundtland invita a buscar alternativas al interior de cada uno de los países miembros de la ONU donde se promueva la satisfacción demandada a partir de las necesidades de la sociedad actual y sus procesos de abasto, vivienda, salud, ocio, entre otros.
Al comparar el campo de la construcción con otras industrias, la edificación ocupa los primeros lugares entre las más contaminantes a nivel mundial, esto debido a los procesos que se realizan para la obtención de materias primas, la edificación, el uso intensivo y el desecho de materiales constructivos. Para su operación, la industria de la construcción necesita energía eléctrica y mecánica, causa emisiones al medioambiente, utiliza materias primas de fuentes renovables y no renovables. Además de que contribuye a la contaminación del aire por medio de la generación de gran cantidad de polvo; asimismo, genera residuos sólidos que en muchas ocasiones son de muy difícil degradación.
Por lo anterior, en el campo de la arquitectura se realizan esfuerzos con el propósito de generar alternativas que permitan mejorar los rendimientos y efectividad en los procesos edificatorios, así como en la experimentación de materiales constructivos que permitan mitigar el impacto ejercido en el medioambiente, en la economía y en la sociedad.
Objetivos de desarrollo sostenible
La arquitectura, al igual que otras disciplinas, busca dar pasos firmes ante la necesidad de un entorno más sostenible. Para ello, nos apoyamos en la agenda 20-30, vertida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible o los ODS. Puesto que la vocación primaria del arquitecto es suplir las necesidades de vivienda y de espacios habitables para los seres humanos, debemos ser sensibles y conscientes en el actuar, especialmente en lo referente a los objetivos de los ODS: 6. Agua limpia y saneamiento; 7. Energía asequible y no contaminante, 9. Industria, innovación e infraestructura, 11. Ciudades y comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsables, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina y 15. Vida de ecosistemas terrestres.
La sostenibilidad en la arquitectura se aplica en aspectos biofísicos, hablando de aquellos ligados a la acústica, la termicidad, la iluminación; en los relacionados con el diseño y la edificación del espacio habitable, tomando en cuenta aspectos como el funcionamiento interior y exterior de cada uno de los espacios que conforman la arquitectura, el costo y tiempos de construcción de una edificación, así como la durabilidad de los materiales que se implementan en ella. Por supuesto se consideran para el diseño y la construcción del espacio habitable los elementos relacionados con la vida del ser humano, considerándolo como un ser social y un individuo, desde su cultura, religión, origen y procesos específicos que lo hacen un ser de este tiempo, desde sus particularidades y especificidades etnológicas.
Debido a que el quehacer del arquitecto está íntimamente ligado en los procesos de planeación, manufactura, puesta en marcha, remodelación y/o demolición de espacios habitables, es fundamental la acción respetuosa y responsable ante la premisa de encontrar caminos hacia la ciudad sostenible. Desde la arquitectura se realizan proyectos para la disposición del agua dentro de la vivienda; el destino de las aguas residuales, para lo cual se genera el diseño de plantas de tratamiento; la implementación de humedales; la captación de agua pluvial; el reciclaje y la disposición de aguas grises para diversos usos.
La vivienda sostenible
La vivienda sostenible pretende un mayor y eficaz aprovechamiento de la energía dentro y fuera del inmueble, esto por medio de un diseño responsable en el que se considere la iluminación natural y la radiación solar como estrategias de confort visual y térmico. Cabe en esta práctica inmobiliaria el uso de sistemas fotovoltaicos para aprovechar la radiación solar y transformarla en energía eléctrica; se utiliza el sol para calentar agua y llevarla a la vivienda por medio de los calentadores solares.
La generación de materiales para el diseño y la construcción con menor huella ecológica son también competencia del arquitecto. Hoy, una de las aplicaciones se muestra aplicada mediante la oferta de biomateriales, una rama que ha generado un alto interés entre los profesionistas ligados al diseño y la construcción, pero que aún tiene un largo camino por delante.
Es de resaltar que cada vez se tiene mayor conciencia ambiental, lo que se ha reflejado especialmente en la academia y que se socializa con mayor fuerza en el campo laboral. Por ello, en los procesos edificatorios y en la oferta ligada al mercado inmobiliario en las últimas décadas, se dispone en el mercado de creación de prototipos y diseño en 3D, así como de pinturas, acabados, impermeabilizantes, entre otros productos, elaborados con materiales reciclados, o aquellos en los que en los procesos químicos utilizados para su manufactura se eliminan diversos materiales de alto impacto ambiental y/o a la salud pública.
Otra vertiente del conocimiento en la que está incursionando la arquitectura, es en la ideación, análisis y diseño del ciclo de vida de un edificio. En tiempos pasados, la fábrica de un inmueble solo se ocupaba de responder a un proceso lineal, es decir, a la extracción, disposición de recursos y materiales constructivos, la construcción, la puesta en operación y el desecho.
Hoy, se quieren generar procesos circulares, donde, además de lo antes expuesto, se tenga un momento de reciclaje para el inmueble y/o los materiales que lo componen. Así, por ejemplo, la arquitectura virreinal es un gran ejemplo de lo que nosotros, desde la disciplina de la restauración, conocemos como segundas historias, lo que significa que un edificio pueda ser contenedor de otros usos iguales o diferentes del que tuvo cuando se edificó, siendo capaz de reconfigurarse y adecuarse a nuevos usos (segundas historias).
Desde esta postura, los espacios habitables interiores y exteriores deben ser susceptibles de reacondicionarse, de adaptarse o reconfigurarse, para que puedan funcionar y brindar confort a sus usuarios para diferentes usos y funciones, dando pie a la versatilidad del espacio.
Elsa Anaid Aguilar-Hernández. Profesora Titular y de Asignatura B, Facultad de Arquitectura, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.
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