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Aguas en riesgo: la lucha por la sustentabilidad del lago de Pátzcuaro

Escrito por Gerardo Ruiz-Sevilla y G. Lariza Ayala-Ramírez

ARTÍCULO

Aguas en riesgo: la lucha por la sustentabilidad del lago de Pátzcuaro

Gerardo Ruiz-Sevilla y G. Lariza Ayala-Ramírez

 

Resumen

El lago de Pátzcuaro, ubicado en Michoacán, México, es un sistema hídrico crucial para la biodiversidad, la cultura y la economía local que enfrenta una crisis ambiental debido a la deforestación, la erosión del suelo, la gestión inadecuada del agua y la contaminación. El lago ha perdido el 20 % de su superficie y el 34.87 % de su volumen desde 2001. La construcción de hoyas de agua y las sequías han exacerbado esta situación, destacando la necesidad urgente de una gestión integral del agua. Se requieren de acciones que fomenten el uso eficiente del agua en la agricultura y el turismo, así como promover la educación ambiental y la participación comunitaria para su preservación.

Palabras clave: Estrés hídrico, ollas, Pátzcuaro.

 

RECIBIDO: 30/06/2024; ACEPTADO: 30/10/2024; PUBLICADO: 03/11/2025

 

Cuenca del lago de Pátzcuaro

Esta cuenca, ubicada en el estado de Michoacán, México, es un sistema hídrico de gran importancia ecológica, cultural y económica que abarca una extensión de 91 489 has (914 88 km2) que incluye varios municipios y que es fundamental para la vida de muchas comunidades indígenas que dependen de ella para su sustento por medio de la pesca y el turismo. Geográficamente, está rodeada de montañas que van desde los 2 089 hasta los 3 320 de altitud y su paisaje se caracteriza por una combinación de zonas forestales y agrícolas. La parte más baja de la cuenca es el lago de Pátzcuaro, el cual, hoy en día, ha sufrido variaciones significativas en sus niveles de agua, lo que afecta directamente a la biodiversidad y a las actividades económicas de la región. Este cuerpo de agua no solo es un símbolo de la región, sino que también es hogar de especies endémicas y migratorias, además de ser un elemento importante en la cosmovisión de las comunidades locales.

En las últimas décadas, los cambios en el uso del suelo para la producción agrícola de los monocultivos, han provocado una mayor demanda de agua, sobre todo en la temporada de estiaje, lo que ha incrementado las hoyas de agua, que son pequeñas perforaciones en el suelo cubiertas con geomembrana termo fusionada que impermeabiliza el suelo y pueden ser llenadas con agua proveniente de ríos, manantiales, pozos y agua de lluvia, e incluso con pipas de agua. Lo anterior, impide la infiltración al subsuelo y la recarga del manto acuífero, provocando que las poblaciones ubicadas en menos altitud comiencen a quedarse sin el vital líquido, derivando en problemas sociales y, en este caso, afectado el llenado natural del vaso lacustre, amenazando la riqueza natural y la existencia del lago de Pátzcuaro.

Durante la última década, este cuerpo de agua ha mostrado una condición grave de deterioro ambiental y pérdida de profundidad y superficie, además del deterioro en la calidad de agua como efecto de las actividades antropogénicas en la cuenca. Tan solo en 2023, y de acuerdo con algunos medios de comunicación, el lago registró niveles alarmantemente bajos, con menos del 47 % de su capacidad, agravando la urgencia de intervenir antes de la temporada de lluvias. Este declive se atribuye a múltiples factores: deforestación, erosión del suelo, gestión inadecuada de recursos hídricos, contaminación por residuos sólidos y químicos.

Las sequías son fenómenos naturales que, debido a una serie de factores sociohistóricos tanto ideológicos como prácticos, han agravado y generado la actual escasez de agua en grandes ciudades y en la cual se identifican dos tipos: La sequía meteorológica y la hidrológica. La primera se considera el principio del desequilibrio hidrológico, ya que se nota una interrupción en el ciclo de lluvias por una o más temporadas. La dificultad para identificar esta sequía radica en que sus efectos varían según la ubicación geográfica donde se presente. Por otra parte, la sequía hidrológica ocurre cuando la ausencia de precipitaciones, durante una o varias temporadas, provoca una reducción gradual en los niveles de agua de ríos, lagos, y otros cuerpos de agua superficiales y subterráneos, pudiendo llegar hasta su total agotamiento.

Uno de los principales problemas que ha resaltado la falta de agua en la cuenca del lago de Pátzcuaro, es la construcción de hoyas de agua que abonan a la disminución de la infiltración al subsuelo y la recarga del manto acuífero. Esto provoca daños al ecosistema, escasez, afectaciones a las localidades y problemas socioeconómicos. Además, esta práctica también está afectando el llenado natural del vaso lacustre, lo cual puede tener repercusiones en el corto, mediano y largo plazo, con graves consecuencias para el ecosistema y para las especies que en él habitan.

Mediante un análisis de datos e imágenes de satélite Landast/Copernicus 2023-2024, se identificaron cerca de 1 000 hoyas de agua ubicadas entre las cotas altitudinales de 2 100 a 2 200 de altitud, dentro de la cuenca, con diferentes superficies y profundidades. Todas, en conjunto, almacenan más de un millón de metros cúbicos y se encuentran muy cercanas a corrientes superficiales temporales que desembocan hacia el lago de Pátzcuaro por el relieve en la zona.

De manera hipotética, si almacenamos el volumen acaparado en pipas de agua de 10 000 litros, se requerirían mucho más de 50 000 unidades, y si se multiplica por el costo promedio que se paga al solicitar el servicio de una de estas pipas ($ 1,400.00 M.N.), serían más de $ 100 millones de pesos. Es oportuno mencionar que no es el único sitio que se ha visto afectado con este tipo de infraestructura para el almacenamiento de agua, las hoyas en la cuenca de Pátzcuaro constituyen una tercera parte de las encontradas en el municipio de Tancítaro, Michoacán, durante 2021, donde se registraron 2 900 hoyas de agua con una captación de más de 6 millones de metros cúbicos, conjuntamente.

Una comparación de los datos de profundidad (batimetría), en todo el cuerpo de agua para el 2001 (inédito) y el presente (2024), muestran que para el 2001 el lago contaba con una superficie de 8,902.32 has y hoy cuenta con tan solo 7,167.30 has; es decir, ha perdido casi un 20 % desde entonces. Mientras que la profundidad máxima para el 2001 era de 10.6 m en la zona norte del lago, hoy en día para esa misma zona solo se han registrado 9.3 m de profundidad máxima, acumulando un volumen de poco más de 220 millones de m3 en 2024; es decir, se ha perdido un 34.87 %del volumen desde el 2001. Ha sido tanto la pérdida de agua que, actualmente, la denominada «Isla» de Urandén, ya no se encuentra rodeada de agua y se puede llegar a ella sin utilizar el puente.

Ante este dilema ambiental, es imperativo que tanto las autoridades como la comunidad en su conjunto exploremos alternativas que promuevan una gestión integral del agua, tales como:

 

Regulación de las hoyas de agua: Es fundamental incluir en la normatividad lineamientos que regulen la utilización y construcción de hoyas de agua, mismas que deben estar sujetas a regulaciones específicas para asegurar el suministro común e impidan su desperdicio y acaparamiento y con ello se asegure que estas no interrumpan significativamente la recarga del manto acuífero, los flujos hacia el lago y hacia las comunidades de tierras abajo.

Políticas de ahorro y eficiencia del agua: Dado que las principales actividades que se desarrollan en la cuenca del lago de Pátzcuaro son la agricultura y el turismo, es necesario fomentar el uso eficiente del agua en estas actividades, utilizando técnicas que minimicen el desperdicio y la contaminación, además de planear y promover el cultivo de especies menos demandantes de agua. Por otro lado, es vital incentivar el ahorro de agua en la industria turística y en las comunidades locales, diseñar estrategias de turismo que minimicen el impacto ambiental y que promuevan la conservación, generando al mismo tiempo beneficios económicos para las comunidades locales.

Educación ambiental y participación comunitaria: Continuar con las campañas de concientización sobre la importancia de no desperdiciar y reutilizar el agua. Fomentar programas de educación ambiental que sensibilicen con respecto a la importancia del agua y su gestión sostenible. Y, por supuesto, la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones es fundamental para el éxito de las políticas implementadas y la conservación del ambiente.

Conservación y restauración de ecosistemas: Promover la rehabilitación y restauración de los ecosistemas terrestres y acuáticos, incluyendo áreas de recarga de agua; implementar planes bien estructurados de reforestación en áreas clave para mejorar la atracción de lluvia y la retención de agua.

Monitoreo y regulación de la cantidad y calidad del agua: Implementación de estrategias para prevenir la toma de agua del embalse, fortalecer los programas de monitoreo del nivel de agua del lago y de su calidad del agua y llevar a cabo investigaciones continuas para entender mejor los factores que afectan su hidrología. Desarrollar normativas estrictas y su cumplimiento para el tratamiento de aguas residuales agrícolas, industriales y urbanas antes de su descarga en cuerpos de agua.

Gestión integrada de cuencas hidrográficas: Implementar políticas que promuevan una gestión integrada del manejo de agua con enfoque de cuencas, considerando la interacción entre uso del suelo, actividades socioeconómicas y la salud de ecosistemas acuáticos, principalmente. La cooperación intersectorial es clave para abordar los retos de manera holística.

 

¡Hay que conservar el lago de Pátzcuaro!

Es importante recordar que el agua es un recurso finito y que debemos utilizarla de manera responsable y sostenible. Hemos rebasado y fracturado el ciclo hidrológico natural.

El lago de Pátzcuaro es un recurso invaluable que, a pesar de los esfuerzos de conservación, continúa enfrentándose a desafíos que requieren atención urgente. La disminución de su nivel de agua, causada por la afectación al ciclo hidrológico regional, es un problema complejo que puede ser abordado por medio de una gestión integrada de recursos hídricos y la participación activa de todas las partes interesadas. Solo así se podrá garantizar que este perdure para las futuras generaciones.

La preservación de este cuerpo de agua no es solo una cuestión para proteger un sitio natural, sino también para mantener vivo el patrimonio cultural y la seguridad económica de las comunidades que dependen de él, por lo que todos debemos trabajar coordinadamente con soluciones inclusivas y sostenibles, considerando tanto las necesidades ambientales como las sociales.

 

Gerardo Ruiz-Sevilla. Profesor e investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

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Gloria Lariza Ayala-Ramírez. Profesora e investigadora del Departamento de Ecología Acuática, Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Michoacán.

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Esparza M. (2014). La sequía y la escasez de agua en México. Situación actual y perspectivas futuras. Secuencia. Revista de Historia y Ciencias Sociales, (89), 193-219. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482014000200008

 

Meulenert Á. (2006). Condiciones de sequía y precipitaciones en América del Sur durante el periodo 2004-2006. México, Instituto de Astronomía y Meteorología-Universidad de Guadalajara, pp. 1-18. http://www.sapoisa.com/Informe%20de%20sequias.pdf

 

patzcuaronoticias.com. (2023) El lago de Pátzcuaro en peligro: una crisis ambiental y cultural. https://patzcuaronoticias.com/lago-de-patzcuaro-peligro/