¿DE DÓNDE VIENEN Y A DÓNDE VAN LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS?

Escrito por José Pérez Villarreal y Jorge Alejandro Ávila Olivera

¿Alguna vez se han detenido a pensar de donde vienen y a dónde van las aguas subterráneas?

Poco valoradas pero muy presentes en nuestra vida cotidiana son las aguas subterráneas, para valorarlas tenemos que empezar por entender que nuestro “planeta azul” está cubierto en tres quintas partes de su superficie por agua. Sin embargo, solo el 2.5% del total de agua en el planeta es dulce. Al decir agua dulce indicamos que su contenido de sales es apto para el consumo humano. 

Del total del agua dulce solo una pequeña parte está a nuestro alcance. El agua dulce del planeta se divide en glaciares (68.8%), subterráneas (30%), aguas superficiales y humedad de la atmósfera (0.4%), y suelos congelados llamados permafrost (0.8%). 

Las aguas provenientes de glaciares solo están presentes en ciertas zonas del planeta. Las aguas superficiales como los ríos y lagos, suelen estar tan contaminadas que no se pueden beber. La importancia de las aguas subterráneas radica en el hecho de que éstas se encuentran en casi cualquier lugar, además son limpias debido a los procesos naturales de filtración que se presentan durante su ingreso al subsuelo. A los lugares de donde se extrae agua subterránea se les denomina acuíferos. Entonces surge la primera pregunta

¿De dónde vienen las aguas subterráneas que alimentan a los acuíferos?

Las aguas que alimentan a los acuíferos pueden provenir de diferentes orígenes, como lo son el derretimiento de los glaciares, las lluvias, las infiltraciones de ríos y lagos, inclusive de otros acuíferos. Generalmente las lluvias son la fuente primaria que alimenta a los acuíferos. Una forma sencilla de entender un acuífero es considerando el ejemplo de un raspado, en el cual el hielo representaría al lugar de donde se extrae el agua (cuerpo rocoso ubicado en el subsuelo).

La explotación de aguas subterráneas tiene sus limitantes. Al igual que el agua de un raspado el agua subterránea proveniente de un acuífero también se agota. Cuando se extrae más agua de la que le ingresa a un acuífero se dice que está sobreexplotado. 

¿Las aguas subterráneas se agotan?

Se calcula que en México alrededor del 45% de los acuíferos están sobreexplotados. La sobreexplotación es un tema que ha llamado la atención debido a los largos períodos de tiempo en que se recarga en forma natural un acuífero (hasta varios miles de años). Al sobreexplotar un acuífero estamos tomando el agua subterránea de las generaciones futuras.  La forma en que se sabe que un acuífero está sobreexplotado es a través de la medición de la profundidad a la que se encuentra el agua subterránea. Cuando ingresa agua al acuífero, la profundidad disminuye, y cuando se extrae agua subterránea la profundidad aumenta. Si al comparar mediciones de varios años se observa que la profundidad del agua subterránea aumenta, entonces se sabe que se está sobreexplotando al acuífero.

La sobreexplotación de un acuífero es un tema importante que debemos tener presente cada vez que hagamos uso del agua, ya que es muy probable que ésta provenga en buena parte del subsuelo. Por ejemplo, en algunas ciudades de nuestro país del total de agua que se consume, hasta el 90% es subterránea como son los casos de Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas. Por eso, ahora podemos dar pie a la segunda parte de la pregunta. 

¿A dónde van las aguas subterráneas?

Un fenómeno interesante con las aguas subterráneas es que éstas se mueven en el subsuelo, aunque a velocidades muy diferentes a las aguas superficiales. Normalmente, este tipo de aguas, las superficiales, se mueven a velocidades de unos cuantos metros por día, aunque en algunos casos pueden llegar hasta cientos de metros por día. En general las aguas subterráneas se mueven dependiendo del tipo y forma del subsuelo, siguen el relieve de la superficie terrestre: de las zonas altas (montañas) hacia las bajas (los valles). 

A los lugares donde el agua se infiltra, se les llama zonas de recarga, y donde se extrae, zonas de descarga. Así, las aguas subterráneas que alimentan a una ciudad pueden venir de zonas de recarga que se encuentran a decenas o centenas de kilómetros. 

¿Aguas subterráneas contaminadas?

Durante ese trayecto las aguas subterráneas cambian su composición química en función a los materiales rocosos y substancias que encuentren en su camino, que le puede tomar años en recorrer. Durante su recorrido el agua subterránea se puede contaminar. La contaminación puede generarse en forma natural o ser causada por el ser humano. La contaminación natural se presenta cuando el agua subterránea disuelve ciertos elementos indeseables (como el flúor o el plomo), presentes en el material rocoso por el cual fluye. 

La contaminación causada por el ser humano se origina cuando se vierten residuos al suelo o a los cuerpos de agua, de tal forma que éstos se infiltran y entran en contacto con las aguas subterráneas. La contaminación natural de aguas subterráneas no se puede evitar, pero la causada por el ser humano sí. 

¿Cómo evitar la contaminación de las aguas subterráneas?

La forma de evitar la contaminación causada por el ser humano es disponiendo adecuadamente de los residuos evitando tirarlos al drenaje, suelo, ríos y lagos. El cuidado del agua subterránea implica una responsabilidad conjunta. Las personas que habitan las zonas de recarga deben de ser cuidadosos de su entorno para que los habitantes de las zonas de descarga tengan agua limpia.  Por su parte, los habitantes de las zonas de descarga pueden contribuir al cuidado de las zonas de recarga por medio de incentivos económicos.

En las ciudades con dependencia a las aguas subterráneas, el suministro a los hogares es por medio de pozos. Comúnmente hay uno o dos pozos por colonia. Los pozos dejan de funcionar después de unos años de uso. Las razones por las cuales un pozo deja de funcionar son varias:

  • Mayormente debido a que los volúmenes de agua que se extraen son tan bajos que ya no son viables.
  • En otras ocasiones el nivel del agua subterránea ha descendido tanto que la profundidad del pozo no es suficiente para llegar al líquido.
  • En otros casos, un pozo deja de usarse debido a que al pasar el tiempo la calidad del agua disminuye al punto de que no cumple con las normas de calidad. 

Las causas por las cuales los pozos dejan de funcionar tienen un mismo origen. Cuando un pozo extrae agua del subsuelo ocasiona que el nivel del agua subterránea descienda. Al pasar el tiempo el pozo extrae agua cada vez más profunda. Las aguas subterráneas profundas son de menor calidad que las más superficiales. Se pueden contrarrestar los efectos negativos del descenso de la profundidad del agua subterránea, permitiendo la recuperación de los acuíferos. 

Los acuíferos se pueden recuperar por medio de acciones como el uso mesurado del agua, la eliminación de fugas y la preservación de las zonas de recarga. 

Cuidando los acuíferos podremos asegurar el acceso a las aguas subterráneas en cantidad y calidad a las futuras generaciones. 

 

Saber más

agua.org.mx; http://www.atl.org.mx/; http://www.cna.gob.mx/; http://www.imta.gob.mx 

http://www.fundacionbotin.org/

López- Geta et al., 2009. Las aguas subterráneas: un recurso natural del subsuelo. 4ª ed.- Madrid: Instituto Geológico y Minero de España, 90 p.

MC. José Pérez Villarreal, es estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en el Instituto de Investigación sobre los Recursos Naturales.

Dr. Jorge Alejandro Ávila Olivera es Profesor Investigador, del Instituto de Investigación sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.