En un país como el nuestro, en donde la policía o hasta el ejército llegan, te detienen, te encarcelan y no averiguan, tenemos un nivel de impunidad impresionante. Que el acusado demuestre desde la cárcel que es inocente. Las autoridades se concretan a ejecutar las órdenes de aprehensión: demostrar si se es inocente le toca al acusado y hasta la opinión pública.
Basta mirar muchos de los casos más mediáticos para darnos cuenta de esto. La prensa, la sociedad en general, se conforman con dichos y se apresuran a condenar al presunto, destrozando su imagen pública, su honra y todo su entorno.
Gran parte del problema deriva de la nula aplicación del método científico en las investigaciones policiacas. Le cargamos a los dichos de los testigos y hasta las opiniones personales la demostración de la inocencia o culpabilidad de los acusados.
El día de hoy quiero recomendar un libro que considero debería ser leído por todos, autoridades en primer lugar. Este libro trata de demostrar que el conocimiento debería ser la base de la justicia y la herramienta más preciada para impartirla y no las puntadas, las creencias o la mala leche.
Se trata de La ciencia en la sombra, de J.M. Mulet (Ed. DESTINO, 2016. ISBN 9788423350926), una recapitulación de los crímenes más célebres de la historia, las series y el cine a la luz de la ciencia forense. J.M. Mulet es un doctor en bioquímica y biología molecular por la Universidad de Valencia en donde da clases de Biotecnología Criminal y Forense. Mulet también es un divulgador muy interesante y muy activo: tiene dos libros anteriores que intentan derribar muchos mitos alrededor de los transgénicos (Comer sin miedo, ISBN9788423348862) o la autonombrada medicina alternativa (Medicina sin engaños, ISBN 9788423350841), ambos en Ed. DESTINO.
No se crea que es un tratado de genética forense para especialistas. Se trata de un relato de películas, programas de televisión y casos criminales famosos analizados con rigor científico y un estilo muy entretenido y dinámico ¿En dónde aciertan las series tipo Bones o CSI? ¿En dónde se equivocan o mienten? ¿Dónde falla de manera grotesca la película de El silencio de los inocentes o sus secuelas del Caníbal Lecter?
Pero el libro no se queda en el recuento de casos o errores, analiza la consecuencia de no entender o no aplicar los principios científicos en la investigación policiaca, analizando muchos casos de personas que han pasado largas temporadas en la cárcel porque sus casos se sustentaron en dichos, creencias, supuestos, sin el rigor de la evidencia científica.
El libro recorre en cada capítulo desde la historia de la evidencia científica, la escena del crimen, la antropología forense, la genética forense, toxicología forense, química forense, etc. También tienen un capítulo divertidísimo sobre la pseudociencia forense. Claro, no podía faltar un muy buen análisis de la hipnosis, los videntes, la tortura, los detectores de mentiras, los perfiles de personalidad realizados a partir de la caligrafía y todas esas charadas que las series, las películas y la policía mexicana usan a pesar de ser fraudes y su más que nula capacidad para servir como evidencia, recordemos el caso de La Paca en el sonado asesinato de un político y de cómo la policía mexicana recurrió a esa vidente para intentar resolver el entuerto.
En la edad media e inicios del Renacimiento era muy frecuente entablar juicios por brujería. Los candidatos a la hoguera eran casi siempre las mujeres, los opositores, las minorías y los diferentes. Las pruebas de la brujería estaban consignadas en un libro famoso llamado Malleus maleficarum (El martillo de las brujas) que daba recetas infalibles para detectar quien era una bruja, brujo, apóstata y cosas de esas. Una vez que caías en manos de la Inquisición ya era muy difícil escapar, pues las pruebas eran una colección de tonterías como aquella de sumergir en agua al acusado, si sobrevivía, era la evidencia de su pacto con Satán, si se ahogaba, era la prueba del castigo divino por bruja.
Y no se crea que la policía mexicana actúa de manera diferente. Bastan los dichos, la tortura, los testigos anónimos, las creencias de la gente y todo aquello que la ciencia ha desacreditado. Sería bueno que jueces, polis y todo mundo le diera una leída a Mulet, por lo menos nos divertiríamos.