MAR DE AIRE

Escrito por Salvador Jara Guerrero

Quizá si llegara algún ser de otro planeta se sorprendería de que los terrícolas vivamos en el fondo de un mar de aire que rodea la Tierra. Se trata de nuestra atmósfera, y estamos tan acostumbrados a ella que a veces ni nos damos cuenta que existe. Cuando nos referimos a un vaso lleno de aire decimos que está vacío; y cuando lo llenamos de agua no nos damos cuenta que le estamos sacando el aire.

Habrás notado que si metes objetos al agua unos flotan y otros se hunden, es simplemente porque los que son más pesados que el agua se hunden y los que pesan menos, flotan. Lo mismo pasa en el aire, los objetos más pesados que el aire, como nosotros, nos hundimos; pero los que son más ligeros flotan, se van para arriba, como los globos de gas.

Los líquidos y los sólidos son más pesados que el aire y se hunden en él. Como el aire es más ligero diríamos que flota en el agua. Por eso, si inyectamos aire dentro de un líquido, observamos que suben las burbujas igual que un pedazo de madera dentro del agua.

Al poner cualquier líquido, como leche, en una jarra o en un vaso, primero hay que sacar el aire que está dentro para que pueda entrar. En este proceso, el líquido baja y el aire sube; pero si el aire no pudiera salir tampoco podríamos meter la leche, el aire lo impediría.

Hagamos algunos experimentos

1. Mete un vaso boca abajo en agua, notarás que el vaso no se moja por dentro, no se le mete el agua porque está lleno de aire y el aire no puede subir. El vaso seguirá lleno de aire y no dejará que entre el agua. Notarás que cuesta trabajo sumergir el vaso y se siente que el agua lo empuja hacia arriba, como cuando quieres hundir un pedazo de madera. Esto pasa porque la madera es más ligera que el agua.

Sostén el vaso boca abajo dentro del agua, si lo inclinas un poco, dejarás salir el aire y verás como suben las burbujas cuando entra un poco de agua.

Antes de sumergir el vaso en el agua puedes meterle una hoja de papel arrugada de tal manera que al poner el vaso boca abajo ésta no se caiga. Metes el vaso boca abajo al agua hasta que quede totalmente cubierto. Cuando lo saques verás que el papel está totalmente seco.

2. Otro experimento que muestra como el aire es capaz de sostener un líquido consiste en lo siguiente: necesitas un frasco de boca ancha, plastilina, un embudo y un popote. Mete el embudo en el frasco vacío (bueno, lleno de aire), y pon plastilina alrededor; se trata de evitar que el aire pueda salir por ahí.

Ahora vacía agua rápidamente en el embudo. Notarás que al principio el agua cae hasta el fondo del frasco y salen burbujas. Quiere decir que el agua está desplazando el aire que esta adentro; éste sube hasta salir por el embudo. Pero después, el agua deja de caer y queda sostenida por aire que hay dentro del frasco.

Toma un popote y tapa con un dedo el extremo superior, mételo al frasco por el interior del embudo hasta que el extremo inferior atraviese el agua y quede en el aire que está atrapado dentro.

Si destapas en ese momento el popote, el aire podrá salir y el agua bajará nuevamente. Si no te sale el experimento, revisa la plastilina, lo más seguro es que no hayas sellado bien la unión del frasco y el embudo y esté escapando el aire por ahí.

3. Finalmente, ¿crees que el aire pueda voltear un libro? Inténtalo. Pon un libro sobre una bolsa de plástico en la orilla de una mesa. Cuida que la parte abierta de la bolsa quede fuera de la mesa y que sólo un poco más de la mitad del libro quede sobre la bolsa. Ahora infla la bolsa con la boca. Prueba poniendo más libros.

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